En sus Elegancias de la lengua latina, Lorenzo Valla, muy crítico con los manuales de gramática medievales usados hasta ese momento, como el Doctrinale de Villadei, se propone volver a estudiar el latín a partir de los textos conservados de los antiguos autores latinos, pues estos debían forzosamente representar el latín más puro y correcto, que había de recuperarse. Busca, por tanto, que el alumno aprenda a usar la lengua elegantemente, es decir, como la usaban lo grandes escritores de la Antigüedad clásica.
La importancia de este manual radica en que es el primer paso en la evolución de la gramática medieval a la renacentista, que en estos siglos pasará de una enseñanza normativa, en la que los usos válidos son los usos elegantes de autores ya consagrados, a buscar las causas detrás de cualquier acto de habla.